sábado, 12 de noviembre de 2011

MI AMOR

Traducido del árabe por:Yumana Haddadwww.joumanahaddad.com
NADA EL HAYE*
(1959)



MI AMOR
Que aquel que desea un beso coja una flor
Que el que busca un abrazo coseche un campo
Que el que oculta un secreto encienda un cirio
Que el que llora una lágrima ofrezca un corazón
Que el que dibuja un horizonte vuele aún más lejos
Que el que alcanza una estrella conquiste el cielo
Que el que toca el fuego sea atravesado por relámpagos
Cantado por los ruiseñores
Y llevado por los jilgueros
Y que las hojas del árbol acaricien su sombra
Porque mi amor es más fuerte que mi paciencia
Su pueblo invade mis palabras
Y sus fronteras
Son mi alma
CAMPO
La mano que dejé detrás de mí me precedió hacia mis días
Los mimó y se durmió agotada de amor
La mano que estrujó mi corazón corrió en mi pulso como un río de fuego
Las manos que no raptan los horizontes
No pueden poseerme
Pero la mano que dejé
Hizo florecer un campo más grande que mis sueños.
PROMESA
Entre la sombra de un árbol y la sombra del sol
Una luna espera su cielo
Y un pájaro improvisa su camino.
*Poeta y periodista. Obras: Suplica en el viento (1988), El viaje de la sombra (1999), Todo ese amor (2001).

PARA NUESTRA PATRIA







MAHMUD DARWISH 
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Traducido del árabe por:  
MARÍA LUISA PRIETO

PARA NUESTRA PATRIA

Para nuestra patria,
Próxima a la palabra divina,
Un techo de nubes.
Para nuestra patria,
Lejana de las cualidades del nombre,
Un mapa de ausencia.
Para nuestra patria,
Pequeña cual grano de sésamo,
Un horizonte celeste... y un abismo oculto.
Para nuestra patria,
Pobre cual ala de perdiz,
Libros sagrados... y una herida en la identidad.
Para nuestra patria,
Con colinas cercadas y desgarradas,
Las emboscadas del nuevo pasado.
Para nuestra patria cautiva,
La libertad de morir consumida de amor.
Piedra preciosa en su noche sangrienta,
Nuestra patria resplandece a lo lejos
E ilumina su entorno...
Pero nosotros en ella
Nos ahogamos sin cesar.

ME CASE CONTIGO LIBERTAD


NIZAR QABBAN
Traducción del árabe por
María Luisa Prieto  
ME CASÉ CONTIGO, LIBERTAD  
Yo tenía un palacio
que albergaba a las mujeres más bellas del mundo:
árabes,
bizantinas,
turcas
y kurdas.
En mi palacio había juguetes fabricados en París
y un ejército de gatos de Damasco.

Era el único hombre de la historia
sin hijos, criados ni descendientes.
Era el príncipe del amor,
un día viajaba por las pupilas verdes
y otro por las pupilas color miel.
Allí estaban el perfume negro, las primeras lluvias
y las flores silvestres,
allí había ojos
que nadaban como gaviotas por mi circulación sanguínea,
allí había labios devoradores cual conchas marinas,
allí había un pez vivo bajo la axila
y acullá olor a mar,
allí había unos pechos que sonaban en torno a mí
como tambores africanos.

Yo era el santo de las palabras,
el sheij de las vías místicas,
lavaba con música el rostro de las ciudades de piedra,
era el observador, el explorador
y el poseído por el fuego eterno de la poesía.
Como Moisés
sembré en las aguas del Mar Rojo,
fui un Mesías antes de que llegara el cristianismo,
la mano de cada mujer que tocaba
se convertía en un lirio acuático.

Allí había mil mujeres en mi historia,
pero de todas las mujeres del mundo
sólo me casé con la libertad.
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viernes, 11 de noviembre de 2011

LA DULCE MIEL DE LA PASION

La dulce miel del amor Era como aventurarme en el desierto; deslizando mis manos sobre las dunas, sintiendo el sofocante calor, de ellas y acariciando la ardiente arena; ¡Fue así!... Aún lo recuerdo. Me envolví en una palabra; aquella que envuelve a todo el mundo... en esa, que cambia el temor por confianza; que disminuye palabras, para aumentar besos o que invita a la noche, a ser su cómplice... él, deja de ser; para ser la... la dulce miel de la pasión. Colaboración de Isabel Perú

JOSE MARIA VARGAS VILA







En el Mar!
Verde es el mar: verde como la esperanza;
verdes son las llanuras y las selvas,
y los ojos sonadores de las virgenes del Rin:
 azul es aveces la ola: azul como el amor;
azules son los cielos y los lirios,
azules son los suenos del poeta,
y azules las silvestre campanillas
 que se abren con el beso de la tarde;
blanca es la nube perezosa,
viajera del vacio: blanca como la inocencia;
blancos son los velos de las virgenes,
 y las tocas de los muertos;
 negro es el cielo tempestuoso;
 negros como las alas de un  paujil gigante;
 negros son los suenos de los malos,
 el fondo del abismo y las noches de los proscriptos;
el mar es el engano perpetuo:
 el verde, el azul, el violaceo,
todos son negros en el fondo;
 el cielo es la mentira cinica: el azul desmayado,
 el nacar palido, todo es negro en el fondo.
 En lo profundo del mar, el mostruo, el fango;
 en lo profundo del cielo. . . nada;
Triton, dejo una reyedad de mostruos,
Jupiter una dinastia de fantasmas:
Lucrecio creia hayar a Dios en el fondo del mar;
 la fe cree hallarlo en el fondo del cielo:
 Tales saco a su Dios de las aguas del oceano;
 Anaximandro y Leucipo de los atomos del aire;
y Dios no esta en ninguna parte;
 el mar, no representa a Dios;
 representa la mujer;
 es obscuro, voluble, tempestuoso, perfido;
 Quien interroga el abismo?
 mar profundo, o corazon, de mujer,
 Quien ve en el fondo?
tempestades del cielo, o tempestades del alma,
 Cuales son mas temibles?
  volubilidad de la ola,
 hay algo que tu iguala;
 una alma de mujer;
todo era azul ayer:
 azul el cielo y azul el mar;
 era una tarde,
 toda de tintes azulosos,
desde el obscuro que rodea la gruta,
 hasta el palido y triste color de niebla
de la ola que muere sobre la arena blanca. . . .
las espumas y las nubes, aves viajeras del desierto, jugueteaban, inquietas, caprichosas, poliformes; en el confin del horizonte, lo blanco de la espuma se besaba con lo blanco de la nube; amor de mariposas; el mar ni rugia, ni se quejaba: murmuraba; arrullo de gigante! efluvios lejanos y brisas fugitivas, todo era ligero, suave, perfumado, como un verso de Virgilio; melancolia marina que hacia pensar en los cuadros de Pierre Loti; era una mar como griega, que suspiraba por la estrofa de Baudelaire y el poema de Leconte de Lisle; tarde de esas, en que los veleros buques, navegan como garzas fugitivas, y contentos los marinos, sentados en la proa, cantan el himno del Amor y la Esperanza; tardes en que duerme la tempestad-Benditas sean! Las tardes azul del mar me hizo pensar en las tardes azules de la tierra; Los Perfiles sinuosos de la montana, la sombra azul obscura  descendiendo al valle poblado de rumores; el rio gris plomizo como la cabellera de una anciana; la blanca casa en medio de la arboleda, como una flor de loto abierta entre el boscaje; la sombra de mi madre; y el poema de mi amor, y la virgen de mis suenos. . . azules sus ojos, que semejaban mas un lago por lo tranquilos, que un mar por lo profundos, azules las venas de sus manos, que estrechaba entre las mias- lirios blancos con franjas azulosas- azules las cintas de su cuello y los suenos de su alma; verde la montana cercana, el prado en que hundia sus plantas, y las palmas que nos daban sombra; blanco su rostro de virgen circasiana, blancas las nubes que miraba, blanca su alma como la nieve inmaculada; ay! y en el fondo de tanto azul y tanto blanco, habia lo negro, lo profundo, negro; perfida como la ola, dijo Shakespeare; perfida de mujer y perfidia de mar, ambas dan la muerte;  la ola y la mujer, ambas arrullan; la ola y la mujer, ambas sepultan, ambas matan con su beso helado y humedo. . . cuando alce la cabeza estaba negro el cielo, negro el mar, la ola negra inrritada, la espuma encima de ella como su blanca cabellera hirsuta; la luz, el azul, el verde, todo habia huido, solo quedaba lo negro; la verdad, el fondo de todo, lo inmutable; pense en mis tristesas, en  mis nostalgias, en mi  orfandad; proyecciones negras y lejanas, se alzaron en mi alma; los suenos de mi amor, las costas de mi patria, la tumba de mi madre; negro era cielo, negro era el mar, negros como los suenos de los celos, como las noches del proscripto como las soledades del huerfano; pensando en ese mar, pense en mi amor; el escollo, la emboscada, la pefidia, todo negro; negras las costas lejanas de la patria, la emulacion, el odio la contienda; solo en un punto negro en el espacio, habia un rostro blanco que me miraba con tristeza; negro el cabello, negras las pupilas, senti el estallido de un beso sobre mi frente; era la hora del ensueno, la hora en que la sombra de mi madre viene a besarme; entonces murmure la unica oracion que no e olvidado, parael unico Dios en quien yo creo oracion en dos palabras: Madre mia, Madre mia.
 Hubo en el cielo, uno como florecimiento de estrellas, en el mar, uno como estadillo de espumas, y pareciome que la soledad inmensa, poblada de rumores murmuraban tristemente: Madre mia Madre Mia.
   Autor: Vargas Vila.
GUSTAVO  ADOLFO  BECQUER

RIMA XXXVI
 Si de nuestros agravios en un libro se escribiese la historia, y se borrase en nuestras almas cuanto se borrase en sus hojas. ¡Te quiero tanto aún! ¡Dejó en mi pecho tu amor huellas tan hondas, que sólo con que tú borrases una, las borraba yo todas!